lunes, 21 de septiembre de 2009

Indicios de locura. Parte I.

No sé si a todo el mundo le pasa. Suelo leer leer una y otra vez los emails que escribo. No sé bien por qué. No es que los lea para corregirlos, o para mejorar el estilo. Es que solo los releo una vez los he enviado. Y no lo hago una o dos veces. Es algo obsesivo, a veces me dura un par de días. Y lo más extraño es que este ejercicio me ofrece cierto consuelo. No sé explicar por qué. No encuentro la razón. Si me da por buscarla, lo primero que imagino es que en ese momento en que releo mis líneas me pongo en la piel de la persona a la que van dirigidas. Y eso me hace sentirme más cerca, menos sola. 

¿No es un poco patético?

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